En la Grecia clásica, Roma, la Edad Media y el
Renacimiento la destreza era considerada una habilidad divina, tanto para
construir un objeto, una casa, una estatua, un barco, el armazón de una cama,
mandar un ejército, ser sastre, etc.
La destreza se basa en reglas, por tanto no
hay arte sin reglas. El concepto de regla se incorporó al concepto de arte.
Este concepto estaba considerado como una habilidad de Dios, el artista no
movía su mano para crear un objeto sino que era un ser supremo quien lo guiaba.
No comprendía sólo las bellas artes (término posterior), sino también los
oficios manuales; tanto la pintura como la sastrería eran arte, así como la
gramática y la lógica. La destreza en la producción, el dominio de las reglas,
el conocimiento experto. Incluía oficios manuales y parte de las ciencias.
Nunca dividieron las bellas artes de las artesanías; en su lugar, las
dividieron según su práctica.
Estas fueron divididas en:
- Artes liberales
- Artes vulgares o mecánicas
Las artes liberales eran consideradas
superiores y estaban relacionadas con el pensamiento humano, mientras que las
artes vulgares o mecánicas estaban destinadas a todo aquel usara su destreza
manual. La pintura y la escultura, por el esfuerzo físico que implicaban fueron
consideradas en un principio como artes vulgares.
Artes Liberales
- La lógica
- La retórica
- La gramática
- La aritmética
- La geometría
- La astronomía
- La música, pero como acústica
Artes vulgares
- La navegación
- La agricultura
- La medicina
- El teatro
Durante el periodo de la edad media las cosas
se mantuvieron de la misma manera y la poesía no aparece en ninguna
clasificación. El poeta era un profeta y no un artista, También se consideraba
que la filosofía era una profecía y no un arte y no se incluyó ni la pintura ni
la escultura.
Cuando llega el
Renacimiento comenzó a transformarse el concepto de arte y se eliminaron los oficios del ámbito del
arte, se incluyó la poesía y se excluyeron a las
destrezas.
Los orígenes del teatro griego y sus géneros
En un principio los géneros
fueron dos, la tragedia y la comedia y surgieron entre los griegos de la
antigüedad como una forma de expresión de festividades y costumbres
populares, como es el festejo al Dios de la fecundidad DIONISOS. Esta
festividad pagana tenía su acerbo en los cultivos de la tierra y en la
vinicultura y reflejaba los cambios de las estaciones con todos los procesos
del cultivo y sus duras faenas agrícolas. Eran épocas muy difíciles y la
lucha por extraer el alimento de un terreno poco productivo y pedregoso los
exponía a largos períodos de miseria y esfuerzo, los cuales eran luego
recompensados cuando llegaba la cosecha. Esta breve pero gratificante etapa,
era recibida con un gran holgorio por parte de la comunidad, que se lanzaba a
las calles a festejar y a beber el vino almacenado. Era en estas fiestas
donde se realizaban rituales religiosos, representaciones simbólicas que
expresaban el ciclo vital del Dios Dionisos.
Su nacimiento, su fecundidad,
su sufrimiento y muerte. Estas fiestas estaban divididas en dos etapas: la
etapa del duelo o del lamento, el dolor y el llanto y la etapa del júbilo o
de bulliciosa alegría, de embriaguez y erotismo desenfrenado.
La tragedia nació de la primera etapa (el duelo) mientras que la comedia lo hizo de la segunda etapa (el holgorio) Ambas eran expresiones de la misma relación entre el hombre y el mundo circundante y el Dios Dionisos era la materialización simbólica de la vida de esos pueblos. En un principio, tanto la tragedia como la comedia, empezaron como una expresión de los juegos colectivos. En la tragedia los participantes se vestían con pieles de cabras, la palabra tragedia deriva del vocablo griego “tragos” que significa chivo o macho cabrío y sus cantos fúnebres eran designados como “los cantos del macho cabrío” Por su lado, la denominación comedia, proviene de la palabra “comos” que significa holgorio, festividad, regocijo, carnaval. Con el paso del tiempo, estos festejos del Dios Dionisos, fueron absorbidos por el teatro griego tradicional cuando éste comenzó a imponerse entre la gente y se hizo una institución social formal y popular. En este paso, de una festividad con carácter religioso a una representación teatral, hubo algunos elementos que se mantuvieron intactos como el carácter social y festivo y la división entre comedia y tragedia, como expresiones separadas de un mismo fenómeno. También se mantuvo el tema de la vida de los Dioses y el conflicto entre el hombre y Dios, representado a través de las fuerzas de la naturaleza. Tragedia Naftole Bujvald nos dice acerca de la tragedia: “En la tragedia este conflicto del hombre, que chocó con las fuerzas “superiores”, lo conduje inevitablemente al desastre por voluntad y justicia de los Dioses.” Y es quizá el sino de lo inevitable lo que caracteriza a la tragedia, aquello que no se puede evitar y termina en el desastre por obra de Dioses ávidos de justicia divina. “La confrontación del drama, en este caso compromete a los valores que sustentan al universo donde se enmarca la historia. La tragedia tiene una concepción temática que deriva de un juicio de valor universal” Más adelante agrega: “Una tragedia implica necesariamente un cambio al cual se adaptarán o no los personajes.” Queda entonces claro que la tragedia representa el castigo que sufre el individuo que se subleva o atenta contra los mandamientos de los Dioses. La tragedia permaneció así en las literaturas y culturas de los pueblos hasta llegar a nuestros días como una expresión de las “leyes eternas” de las clases reinantes y de la moral imperante y cuyos personajes fueron exclusivamente figuras legendarias como Dioses, reyes y héroes guerreros. Cuando hablamos habitualmente de tragedia, inmediatamente nos remitimos al vocablo drama, la tragedia, es por lo tanto un drama de grandes conflictos, donde se hace imposible un desenlace sin catástrofe. El individuo debe morir en ese enfrentamiento con las fuerzas “superiores” o “divinas”. Se podría decir que la tragedia está cargada de un fatalismo, inevitable e irreversible. En la actualidad este enfrentamiento entre seres celestiales y humanos mortales ha dejado paso otro tipo de confrontación, en donde solo queda el espíritu fatalista como una forma de castigo social para el protagonista. Comedia Continuando con las definiciones de Naftole Boujvald veamos que nos dice acerca de la comedia: “En la comedia el hombre del pueblo, en cierta medida, se tomaba el desquite mediante la astucia del payaso y del histrión, lo que subraya la potencialidad y la independencia del hombre creador: su capacidad de vencer al mundo con sus Dioses mediante la burla: así los pájaros se transformaban en Dioses; los hombres en animales; la creación Universal quedaba trasformada.” Para terminar agrega “Lo trágico, el desamparo del individuo frente al ambiente, se completaba a través de lo cómico, vale decir de lo inestable, lo mutable, lo reversible y lo contradictorio del ambiente; lo cómico le asignaba un valor independiente al hombre, que ponía al mundo al revés.” Como podemos apreciar en la comedia encontramos tanto lo opuesto a la tragedia como lo complementario, por un lado la astucia del hombre que burla a las fuerzas superiores que dominan la vida y por otro las relaciones contradictorias entre el hombre y el ambiente, la rebelión contra el orden del universo, contra las costumbres arraigadas, contra los conceptos del bien y del mal, de lo justo y lo injusto. “Este género involucra a los valores del individuo y la sociedad. No los cuestiona, sino que hace apología de los mismos. El personaje que trasgrede esa escala se convierte en ridículo.” “Tradicionalmente se la ha definido por tres criterios que se oponen a su hermana mayor, la tragedia: los personajes son de condición inferior, el desenlace es feliz, su finalidad consiste en provocar la risa del espectador.” Como vemos, la comedia no trata de profundizar en los personajes ni en el conflicto entre el individuo y su ambiente, sino más bien intenta develar los conflictos triviales de manera frívola y superficial. En la comedia el “happy end” es un hecho lógico, aunque no concuerde con la lógica de la vida, esto es porque el autor no se propone mostrar las contradicciones profundas de la vida, sino reducirlas a su menor valor posible, el fin único es encontrar una solución fácil al conflicto y vencerlo mediante la provocación de la risa. La comedia actual se remite a esa idea pero deja de lado la valoración referida al cuestionamiento de las fuerzas superiores. Drama convencional La palabra drama se ha extendido por antonomasia a toda aquella ficción portadora de conflicto, es común entonces hablar del drama como una conjunción de todos los géneros. “Todo género implica necesariamente un drama. Ya desde la misma concepción de la historia hay una acción que lleva planteo, desarrollo y resolución del conflicto” “El drama resulta de la síntesis entre la comedia y la tragedia” Y cierra el concepto al decir: “El drama convencional involucra valores de un determinado grupo, resalta la importancia de la acción interna de los personajes y lo fundamental, el protagonista trasforma su vida.” En el drama convencional, los ambientes en donde se desarrolla el conflicto y los personajes que interactúan en él, son de características cotidianas y gran parte de la producción audiovisual actual está elaborada con elementos pertenecientes a éste género.
Melodrama
El melodrama tiene como centro a la conducta humana movida por los sentimientos, trabaja con las pasiones del espectador y los exacerba hasta el punto de llegar al estereotipo.
En el melodrama, los héroes son
extremadamente buenos, bellos y fuertes, mientras que los malos son feos y
malvados. Esto se debe a que la exaltación de los sentimientos está provocada
por un manejo de las simpatías y las antipatías del espectador. El melodrama
se ajusta así a la sensibilidad de un público, generalmente poco culto, que
no entiende de sutilezas y que está necesitado de historias fuertes, en donde
los malos se redimen y se transforman en buenos. En este género el único
final feliz posible es el triunfo del héroe o del bueno por sobre el villano
o el malvado, es el triunfo del amor por sobre quienes intentan destruirlo.
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